viernes, 10 de diciembre de 2010

Ligamentos cruzados: La peor de las lesiones

Redacción y Producción: Nahuel Trasmonte y Emmanuel Pollora

Desde hace algunas décadas, las roturas de ligamentos cruzados se han transformado en una verdadera pesadilla para los futbolistas. Pero ¿qué es lo que hace a esta lesión tan temible? El ligamento anterior tiene la función de mantener firme la rodilla. Por eso, cuando un jugador se lesiona, mayormente se da por que la rodilla se le traba – aunque también puede ser pateando-, pierde la sensación de estabilidad y equilibrio, y siente que se va a caer. Y la recuperación, que puede durar entre seis y nueve meses, es determinante. Primero, se baja la inflamación y se realiza una resonancia magnética para determinar el grado de la lesión. Luego, generalmente, sigue una operación, que puede evitarse con un buen fortalecimiento de los músculos de la zona, como el cuadriceps (determina la extensión de la pierna), que devuelvan la estabilidad perdida. De cualquier forma, aquel que se rompa los cruzados tendrá cerca de un mes con la pierna inmovilizada y después, a través de ejercicios de fortalecimiento en pileta y gimnasio, irá recuperando la sensibilidad. La vuelta suele ser menos complicada para los defensores porque no necesitan de tanta precisión al patear, sin embargo, para los delanteros puede ser letal. A continuación, algunos ejemplos de jugadores que tuvieron la desgracia de padecer dicha lesión y sus respectivas historias con la misma.


El Titán irrompible

Los casos de lesiones tan serias, como la rotura de ligamentos cruzados, encuentran un caso paradigmático en la vida de Martín Palermo. Al ídolo boquense le pasaron todas, incluyendo una fractura en el tobillo porque se le cayó una pared encima, mientras festejaba un gol. En lo que a los ligamentos refiere, Palermo sufrió dos roturas. Pero cada vez que regresó de esas temibles lesiones su imagen se agigantó por montones, justamente por ser una oda a la perseverancia. El Apertura 99 lo tenía en estado de gracia y encaminado a superar su propio record de un gol por partido en el Apertura anterior. Luego del partido con Colon, casi de forma inverosímil, se confirmó que el Titán había jugado buena parte del encuentro (e incluso convertido) con una rotura en los ligamentos cruzados. La lesión significó el cierre definitivo a un posible pase a la Lazio y comienzo de una larga recuperación. Palermo fue al banco nuevamente por los cuartos de final de la Copa Libertadores 2000, mientras Gallego se acordaba de Francescoli. A 13’ del final, Bianchi lo tiró a la cancha, aunque no estaba listo, y Martín, ‘con la muleta’, definió la clasificación y dejó afuera al eterno rival. En noviembre de ese año, con dos goles suyos antes de los cinco minutos de juego, el Xeneize le arrebató la Intercontinental al galáctico Real Madrid.
Luego de un accidentado paso por Europa, de vuelta en Boca, nuevamente se rompió los ligamentos en un partido contra Lanús, en el que saltó y apoyó mal la pierna al caer. El parate de seis meses, teniendo en cuenta sus 34 años no era alentador. Pero nuevamente se puso de pie: en este 2010 superó a Roberto Cherro como máximo anotador de la historia boquense, se dio el gusto de jugar un Mundial y hasta de gritar un gol en tierras africanas. Hoy, el eterno Martín aún pelea por ser nuevamente goleador.


El Matador que no pudo volver al ruedo

Marcelo Salas fue ídolo de cada club donde se puso la camiseta. Luego de una gran aparición en la U de Chile, el entonado River de los 90 lo puso en agenda y el Matador pagó: gol a Boca en el debut y gritos para ser campeón: dos a Vélez en la final del Apertura 96 y dos a San Pablo en la final de la Supercopa 97. Después lo disfrutó la mejor Lazio, que entre el 98 y el 00 ganó todo. Ante el interés de varios clubes grandes de Europa, fue Juventus quien ganó la pulseada. Con el cielo a un paso, el 20 de octubre de 2001 la historia del Matador dio un giro inesperado cuando, jugando contra Bologna, sufrió la rotura de ligamentos cruzados en su rodilla derecha. El chileno nunca se recuperó totalmente y perdió continuidad. Volvió a River, donde una seguidilla de lesiones lo mantuvo más afuera que adentro de las canchas, aunque volvió a salir campeón en 2003. Se retiró como capitán de la U de Chile, el 28 de noviembre de 2008, contando nada menos que 248 gritos en su haber. Hoy trabaja en un equipo del ascenso chileno. A pesar de su último irregular período, su festejo de matador apuntando al cielo será difícil de olvidar en los clubes que lo gozaron.  


Lucho Figueroa, la eterna promesa

Desde su debut en Rosario Central, Luciano Figueroa pintaba para crack. Temible cabeceador, formó una letal pareja junto a César Delgado y, con 17 goles, fue el artillero del Clausura 2003. Varias veces se lo llevaron de Europa pero, extrañamente, jamás pudo rendir al mismo nivel: un solo partido en el Birminghan inglés, relegado al banco en el mejor Villarreal y poca continuidad en el Genoa, producto de varias lesiones. En 2006 llegó a River como refuerzo clave pero, luego de un comienzo alentador, sufrió la rotura de ligamentos cruzados y se perdió el resto de la temporada, incluyendo el Mundial de Alemania, donde era número puesto. Con la Selección, sin embargo, nunca perdió la regularidad: nueve goles en 15 partidos y buena parte de la clasificación a los JJOO de Atenas, donde Argentina consiguió su primera medalla dorada. De vuelta en Italia, lesionado, jugó poco y volvió a ser cedido. Esta vez a Boca, para reemplazar a Palermo, que por esos días sufría su segunda lesión ligamentaria. En el club de la ribera repuntó sus números y consiguió su único título a nivel clubes, pero no le alcanzó para que el Xeneize comprara su pase. Largas negociaciones le permitieron regresar al Canalla de sus amores, pero aún recuperándose de una lesión, no logró encauzar la historia y Central descendió a la B. Hoy, más como ídolo que como goleador, lucha por devolverlo al fútbol grande de la Argentina.

A la Fiera lo lesionó la irresponsabilidad

Maximiliano Rodríguez fue chico -campeón Sub 20 en Argentina 2001- y hombre de José Néstor Pekerman, y sus mejores producciones las tuvo con la camiseta celeste y blanca. Tuvo un brillante Mundial en Alemania 2006, donde metió tres goles, incluyendo el bombazo a México que dio el pasaje a cuartos. Al regreso de ése torneo iniciaba su mejor temporada en el Atlético Madrid, donde era inamovible desde hacía una temporada. Pero la irresponsabilidad de la Federación Española se interpuso en su vertiginoso ascenso: el pésimo estado del campo de juego en el amistoso que España y Argentina jugaron en Murcia, el 11 de octubre del mismo año, hizo que Maxi, en una jugada desafortunada, se rompiera el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. La recuperación fue complicada e incluso se perdió la Copa América 2007, según el técnico Basile, “por precaución”.  Eventualmente, el ex Newell’s recuperó la chapa como capitán y pieza clave del Aleti de Madrid. En enero de este año emigró al Liverpool, pero tardó en adaptarse y en Sudáfrica 2010 no marcó goles. En el mal pasto de Murcia aquel Maxi intratable parece haber pisado por última vez.

Gabriel Milito: Lo persiguen las lesiones

“Hemos encontrado dos hallazgos en la rodilla que lo imposibilitan para aguantar los próximos cuatro años y certifican que hay un alto riesgo”. Estas declaraciones fueron del médico del Real Madrid, Alfonso del Corral y resultaron determinantes para que Gabriel Milito no se convirtiera en jugador Merengue. Si existe un futbolista perseguido por las lesiones, ese es el ex defensor de Independiente. Fue justamente en el Rojo de Avellaneda donde, allá por el 2001, sufrió una rotura de ligamentos de la rodilla izquierda. Luego de recuperarse y de frustrarse su pase al Real Madrid, Gaby jugó en el Zaragoza y posteriormente recaló en el Barcelona. Jugando a mediados de 2008 para el conjunto culé ante el Manchester United, en Old Traford, el hermano de Diego volvió a sufrir una rotura de ligamentos, pero esta vez en su rodilla derecha. La recuperación demandó ¡20 meses! Y le costó muy caro, ya que perdió terreno en el seleccionado nacional y no fue convocado por Diego Maradona para el Mundial de Sudáfrica. Que un jugador sea retenido por uno de los mejores equipos del mundo, a pesar de que nunca logró recuperarse completamente, habla mucho de su rol dentro del vestuario y de su excelente relación con Lionel Messí, la joya más preciada del Barcelona

Para los defensores volver es más fácil

Walter Samuel, experimentado defensor del Inter de Milán, conoce perfectamente este tipo de lesión. Il Muro, quien además jugó en Newell´s Old Boys, Boca Juniors y Real Madrid, se encuentra actualmente fuera de actividad consecuencia de una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que sufrió en un encuentro entre Inter y Brescia por la liga de Italia. Anteriormente, más específicamente en 2007, Samuel ya había sufrido esta misma lesión pero en la rodilla izquierda, también vistiendo la camiseta del Inter. En aquella primera ocasión, si bien su retorno fue lento, logró retomar su nivel, ganó Liga, Copa y Champions el año pasado y fue titular en la Argentina de Diego Maradona que fue a Sudáfrica 2010.
  
 Marcos Angeleri, la lesión en el momento más inoportuno

Una de las primeras cosas que hizo Diego Maradona cuando asumió como director técnico de la selección nacional fue ponerle un ojo encima a Marcos Angeleri. El por entonces defensor de Estudiantes (LP) y que era pretendido por Lazio se dio el gran gusto de integrar el plantel albiceleste y de disputar los 90’ de la victoria por 4 a 0 ante Venezuela, por las Eliminatorias a Sudáfrica 2010. Pero no todas podían ser buenas para Mambrú. Jugando para el Pincha, en un encuentro correspondiente al Torneo Clausura 2009, sufrió la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla derecha en la derrota de su equipo ante Tigre, por 2 a 0. Esta lesión lo marginó definitivamente de la selección y frustró, transitoriamente, su transferencia a Europa. Luego de casi 9 meses, Angeleri volvió al ruedo en el conjunto de La Plata y actualmente se encuentra en el Sunderland de Inglaterra, donde aún no jugó un solo minuto.


Xavi, el crack que volvió aún mejor

La muestra más clara de que el fútbol es cada vez más violento es la lesión que sufrió Xavi Hernández el 2 de diciembre de 2005. Durante un entrenamiento, el cerebro del Barcelona chocó fuertemente con su compañero de equipo, Edmilson, y su rodilla derecha hizo crack: rotura del ligamento cruzado anterior. Esta lesión puso en duda su presencia en la Copa del Mundo de 2006, pero su pronta recuperación (retornó el 29 de abril de 2006 ante el Cádiz), le permitió asistir a tierras alemanas, aunque no tuvo un gran torneo. Extrañamente, la lesión parece haberlo devuelto incluso mejor de lo que era: pieza fundamental en la catarata de títulos del Barcelona y en la selección española, donde consiguió la Eurocopa 2008 y el Mundial de Sudáfrica 2010. Su capacidad para gestar la mejor jugada posible y su precisión lo convierten en uno de los mejores del mundo.

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