Producción y redacción: Nicolás Gercensztein
En el país del jogo bonito, de los pentacampeones del mundo, hay una nueva moda: los clubes brasileños compran enganches argentinos. D´Alessandro, Conca, Montillo, y la reciente contratación de Darío Bottinelli son los ejemplos más claros de esta tendencia que, como mínimo, suena curiosa. Veamos un poco más en detalle.
D'Alessandro y Conca la vienen rompiendo en Brasil hace un par de años. |
Hace pocos días, el histórico Flamengo de Brasil anunció la adquisición de Darío Bottinelli, proveniente de la Universidad Católica de Chile. Así, el hermano de Jonathan anotó su nombre en la lista que ya integraban Andrés D´Alessandro, Darío Conca y Walter Montillo como los enganches argentinos que se encuentran haciendo escuela en las tierras de Pele, Rivelinho, Zico y otros tantos cracks de la historia del fútbol.
Bottinelli desembarcó en Brasil luego de pasar por Chile y México. |
Un conocido de Bottinelli es Montillo, compañeros en el Ciclón. Y ambos tuvieron (por lo menos hasta ahora) carreras con grandes similitudes. La Ardilla ya desde sus comienzos mostraba que tenía una gran habilidad con la pelota en los pies, sin embargo en Argentina no muchos destacaron esto, o por lo menos no los dirigentes de su club. Luego de varios años y no tantos partidos, recaló en territorio azteca. En el Morelia no duró mucho y volvió al sur. Después de un retorno nefasto a la institución que lo vio surgir, cruzó al otro lado de la cordillera; más específicamente a la Universidad de Chile. Desde el primer momento se lo notó muy cómodo y a base de una gran campaña, a mitad del 2010 firmó con el Cruzeiro. Su camino en el club de Belo Horizonte recién empieza y así y todo ya fue distinguido como uno de los mejores jugadores del Brasileirao.
Montillo llegó este año a Cruzeiro luego de un gran paso por Chile. |
De esta camada, quien abrió las puertas fue el ex River Darío Conca. Allá por el 2007, habiendo pasado por distintos lugares, con su mejor producción en la U Católica, se sumó al Vasco da Gama tras participar poco y nada en Rosario Central. Al año siguiente, en lo que fue una estupenda decisión, firmó con el Fluminense. En el tricolor la rompió. Su zurda se insertó en el fútbol brasileño con total naturalidad. Con él, el Tricolor llegó a las finales de la Libertadores y de la Sudamericana, aunque en ambas competencias la Liga de Quito lo condenó al segundo puesto. En tiempos en los cuales el seleccionado verdeamarhelo ha dejado de lado su escencia, se ha hecho sonar el apellido Conca para ser parte del mismo, ya que en su país de orígen no ha sido tenido en cuenta (aún).
Pero el que puede haber tenido más repercución acá es el Cabezón D´Alessandro. Un jugador que siempre pareció que podía rendir más. Sin embargo, ya en su primera experiencia europea (el Wolfsburgo de Alemania) su rendimiento no fue el esperado. Buscando revancha, el 10 probó suerte en Inglaterra, pero a los pocos meses de estar en el Portsmouth, ya tenía que hacer las valijas nuevamente. Esta vez el club elegido fue el Zaragoza. Allí armó una linda sociedad con Pablo Aimar y los hermanos Milito, pero su mala relación con el entrenador, debido a algunas conductas no muy profesionales del propio D´Alessandro, le pusieron fin a sus días en España. Un paso breve por San Lorenzo y después le llegó la hora de instalarse en Porto Alegre. Desde el 2008 es parte del Inter de dicha ciudad y consiguió hacerse querer por la hinchada roja. Muchas veces se habló de un posible retorno River, pero por ahora él sigue haciendo la Boba en Brasil.
Y así se presenta el panorama. En una de las épocas más opacas del fútbol brasilero, la elección que los dirigentes de sus clubes han tomado es dejar la creación de juego a cargo de los armadores de, ni más ni menos, que su clásico rival. La pregunta que queda flotando es qué pasa que estos jugadores son codiciados allá y no tan apreciados acá. Pero ese ya es un tema para analizar en otra ocasión...
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