domingo, 10 de octubre de 2010

Lanzini: “Me gustaría cambiar la camiseta con Verón”

Redacción y Producción: Nicolás Gercensztein y Fernando Salinas

Con tan sólo 17 años, ya debutó con el primer equipo de River, club del que es hincha, y no le pesó para nada. Destacado por su parecido con Pablo Aimar, habrá que aprovecharlo rápido ya que, como pasa con muchos de los juveniles de ahora, sueña con jugar en Europa.


En tres meses, Lanzini pasó de jugar en la Sexta a debutar en Primera División



En el Monumental lo saludan todos los chicos. Y claro, si hasta hace pocos meses él era una de ellos. Pero a pesar de que su edad no cambió, tuvo que madurar de golpe para ganarse un lugar entre sus ídolos de la primera.

-¿Cómo es tu relación con Ariel Ortega y Matías Almeyda, los más grandes del grupo?
-La verdad, muy buena, ellos nos aconsejan mucho a todo el plantel, hablan con todos por nuestro bienestar, por todo lo que vivieron. Eso me da mucha confianza a la hora de jugar.

-Cuando llegaste al plantel de Primera ¿con quién pegaste más onda?
-Con todos, al principio no hablaba mucho pero ahora me llevo bárbaro y me hacen sentir muy bien.

-El día de tu debut, cuando reemplazaste a Ortega, ¿qué se te cruzó por la cabeza?
-Y, muchas cosas. Mi familia, amigos. Lo que pasa es que uno que es hincha de River venía a ver a Ortega a la cancha, y de repente reemplazarlo, es un sueño. Si bien es mejor jugar a su lado, reemplazarlo también es lindo.

-¿Qué pensás de Ángel Cappa?
-Es mi primer técnico en Primera. Por su historia y por la confianza que le da a los jugadores es muy buen entrenador. Su trayectoria te lo dice y aparte sigue el fútbol de River, estamos de acuerdo con él.

La historia de Manuel con el fútbol comienza mucho antes de llegar a River. Incluso, desde antes de poder patear una pelota: su padre también fue futbolista.

-¿Por qué empezaste a jugar al fútbol?
-Porque toda mi familia es futbolera. Desde chiquito, a los 5 años, que juego al baby, después a los 7 años vine a jugar a cancha de 11, y bueno, se dio así.

-¿Desde los siete? Bastante chico para cancha de 11…
-Sí, es que un amigo de mi viejo me llevó a probarme en Vélez primero, estuve 3 años ahí y después me consiguieron una prueba en River, así que vine para acá.

-¿Cómo fue eso de la prueba en River?
-Por parte también de un amigo de mi papá que es dirigente de infantiles. Justo estaba Pedro Vega, me probó, me dijo que me quería fichar y yo en ese momento estaba en Vélez. En fin, tuve que esperar un tiempo, pero se pudo dar.

-¿Después de 10 años, te convenciste de que lo tuyo es ser jugador de fútbol?
-Desde chico quería vivir de ésto, ser jugador de fútbol, aparte me encanta. Ahora que estoy acá no lo puedo creer porque es lo que uno sueña. Encima estar con algunos ídolos de River, a los que uno admira desde antes es impresionante.

-¿En cuánto te ayudó tu viejo en tu carrera teniendo en cuenta que él también fue jugador profesional?
-En todo momento, desde chiquito cuando arranqué me guió con lo que tenía que hacer porque él vivió todo ésto, hizo cosas buenas y cosas malas que no quiere que yo haga. Me encarriló como jugador. Me dice que salga, que está todo bien, pero que me controle.


Está claro que se nace con cierto talento, ese que se trae desde la cuna. Sin embargo, esa habilidad hay que acompañarla con entrenamiento y aprendizaje. Una manera de mejorar es mirar a los grandes jugadores, tal como hace Manuel, quién reconoce que ve mucho del fútbol local y que admira la Liga española.


-¿Algún referente o alguien a quién seguís?
-El payaso (Pablo) Aimar. Me gusta cómo juega y hace jugar al equipo, su panorama y su pegada, es impresionante.

-Muchos dicen que te parecés, ¿coincidís?
-Nooo, él tiene su carrera hecha. Yo trato de imitarlo en lo que hace pero recién estoy arrancando y veremos. Ojalá pueda hacer lo que hizo

-¿Con quién te gustaría cambiar la camiseta?
-Con Verón, por cómo es como jugador, lo que es como persona, que a la edad que tiene  sigue en actividad. También con Ortega o Almeyda si no estuvieran acá. Son admirables, referentes para chicos como yo que recién empiezan.

-¿Cuál es tu posición ideal?
-De enganche. Igual también me gusta tirarme a los costados para agarrar la pelota, arrancar en diagonal y empezar desde ahí. Desde chiquito juego de enganche y es en donde me siento más cómodo.

-¿Qué tenés que mejorar y cuál es tu mejor virtud?
- Siempre hay cosas para mejorar. Uno mientras va jugando se da cuenta que tiene muchos errores que en la semana se trabajan. Mi mayor virtud creo que es el cambio de ritmo y la visión de juego que tengo. Pero cosas para ir progresando siempre hay.

-¿En qué lugar de Europa te gustaría jugar?
-En la Liga española. Me gusta más, creo que me sentiría más liberado y suelto para encarar.

 Pero Manuel sabe que el día de mañana con el fútbol no alcanzará, por eso en diciembre rendirá las materias que le quedan para poder terminar la secundaria, además de cursar inglés junto con su hermano Tomás.


-¿Qué Lanzini juega mejor, Manuel o Tomás?
-Él es más rústico, somos distintos. Él juega de 5 y yo de enganche. Él tiene más marca, juego y le pega bien; yo no tengo tanta marca pero tengo más juego. Igual yo soy mejor.

-¿Y quién levanta más?
-Yo, soy el más fachero de la familia (se rie).

-¿Viven juntos?
-Sí, vivimos todos juntos. Con Tomás nos llevamos muy bien y nos queremos ir a vivir solos.

-¿Si no fueras futbolista, te ves en otra cosa?
-En el estudio, más o menos. En algún deporte me la rebusco, pero ésto es impresionante.

-¿Cómo es la vida de un pibe de 17 años que juega ante 50 mil personas pero aparte tiene una vida como cualquiera?
-Es difícil, a pesar de que es lo que uno sueña. Tengo a mi familia que me tranquiliza por si me llego a desbordar. Además, mi viejo y mi hermano pasaron por esto y ya tienen experiencia.

-¿Y cuáles son los pro y los contra?
-Sólo veo el lado positivo, no veo nada en contra. Jugar acá en esta cancha llena -abre los brazos señalando las tribunas del Monumental- al lado del Burrito, Almeyda, Buonanotte, es increíble. Es lo que hago y me gusta.

Así de natural, con la sonrisa fresca de un joven de su edad, paso a paso Manuel va cumpliendo el sueño del pibe. Sin embargo sabe que ya no está en las divisiones inferiores, que dio un salto de calidad y que ahora todo lo bueno que se ha escuchado de él deberá convertirse en realidad si quiere quedar en la historia. Y, si en algún momento las cosas se ponen difíciles, recordar aquellos tiempos donde sólo era un chico más que jugaba a la pelota y soñaba con payasos, burritos, pelados y brujas. 

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