jueves, 14 de octubre de 2010

Vigil: “Este título le da el broche a la década”


Redacción y Producción: Nicolás Merletti, Leandro Di Yorio y Esteban Galán
Con su figura a la cabeza comenzó el mito. Luego de diez años de marcar historia, Las Leonas coronaron en Rosario con el título mundial el gran proyecto que comenzó con él. Y Cachito revive cada momento de este equipo que quedó en los libros del deporte nacional.
Cachito dejó a Las Leonas luego de los JJOO de Atenas 2004.



Todo gran equipo tiene un gran líder. Un guía fuera de la cancha que regula y potencia las virtudes individuales y colectivas para sacar lo mejor del equipo. Todo esto fue Sergio Cachito Vigil para la selección femenina de hockey. A 10 años del nacimiento de Las Leonas, el técnico del equipo que comenzó el mito recorre el camino que llevaron a cabo para que este grupo inolvidable de jugadoras quede en la historia del deporte nacional. Y que coronaron, en Rosario, con el título mundial.
-Siendo el padre ideológico de Las Leonas, ¿Cuáles fueron los factores que dieron paso a este fenómeno?
-Para que se dé un fenómeno de esta naturaleza deben existir varios factores, en este caso hubo una base, un cimiento, de jugadoras anteriores, cuerpos técnicos y dirigentes anteriores que fueron sembrando sus semillas, y conformaron los eslabones de una larga cadena.
“En Sídney, se dieron muchas adversidades que, para superarlas, las chicas sacaron la leona que tenían adentro”
-¿Por qué la explosión fue en los Juegos Olímpicos de Sídney?
-En Sídney se dieron muchas cosas a la vez, el encuentro de deportistas con un alma diferente, que conjugaron las ganas y explotaron la oportunidad. A su vez, el equipo enfrentó muchas adversidades –derrotas inesperadas, que pusieron en peligro la obtención de medalla- que para superarlas, sacaron la leona que tenían dentro y esa leona no sólo se estampa en una remera, sino que se estampa en la cancha y genera una energía especial, y esto llegó a la gente, las ganas, el deseo, la ilusión, todo eso traspasó a la gente.



“Lucha es una artista, una atleta, una malabarista. Cualquier equipo, con ella en la cancha, se potencia.”
-¿Qué produjo este hito en el hockey nacional?
-Tras esa medalla el hockey llegó al pueblo, se diseminó por todo el país y a partir de eso y gracias al esfuerzo de mucha gente, comenzaron a salir jugadoras de la tierra, ese fue el mayor aporte al hockey argentino.
-¿Todo esto se logró gracias  a la figura de Luciana Aymar?
-En todos los grandes logros hubo un protagonista excluyente, alguien que rompió el molde, y en este equipo estuvo y está Luciana Aymar. Lucha es una artista, es una atleta, una malabarista, un músico. En ella se conjugó todo. Cualquier equipo con ella en la cancha se potencia. Pero también hay que destacar a muchísimas jugadoras, como Karina Masotta, Vanina Oneto, Cecilia Rognoni, Magui Aicega, Sole García y tantas más, que le empujaban el piano a Mozart, para que se luzca.
-¿Este último título fue el broche de oro de la década?
Sin dudas, este título le da el broche a la década, y le da un aporte inconmensurable para el futuro, para todo lo que va a venir. El segundo mundial es muy importante, hay muy pocos equipos que ganaron dos copas, y ahora está camino a lograr el oro Olímpico.
-¿Esa es la única cuenta pendiente para Las Leonas?
Es el gran desafío que queda por explorar, y va a ser muy lindo cuando se logre, e incluso será bueno si no se logra nunca, porque creo que el gran secreto de Las Leonas es nunca quedarse con el éxito conseguido, sino ir siempre por más, por más crecimiento y que sólo el logro numérico sea una consecuencia.
“Cada vez hay más recambio. Hoy Argentina puede presentar dos selecciones en un Mundial y estar entre las cuatro primeras”.

-Vos nombraste el primer título mundial, trazando una comparación, ¿cómo viviste este último Mundial desde afuera?
-Lo viví con la satisfacción del hincha, después de haberlo vívido como jugador y como entrenador y de haber conseguido el logro, vivirlo como hincha es impagable. Yo amo a este equipo, y disfrutarlo desde afuera fue muy especial. Yo viví esa experiencia de todas las maneras, y cada una fue muy diferente y especial.
“El gran desafío ahora es el Oro Olímpico. Pero será bueno si no se logra nunca, porque el gran secreto de Las Leonas es no quedarse nunca con el éxito conseguido”.
-¿Hay futuro para Las Leonas?
-Cada vez hay más recambio, como te decía, las jugadoras salen de la tierra y están más preparadas, antes de debutar tienen la experiencia de haber visto 200 partidos internacionales por televisión, sumado al apoyo que hay hoy en día, esa es otra medalla de oro para el hockey argentino. Esta fue la mejor preparación histórica, no tengo los números, pero el presupuesto de Argentina debe haber sido el más alto de todas las selecciones del mundial. Hoy Argentina puede presentar dos selecciones en un Mundial y estar entre las cuatro primeras.
-¿Te imaginas en un futuro como técnico de Las Leonas una vez más?
-En la vida hay ciclos, y hoy, no me imagino esa situación. Yo a Las Leonas las siento en la piel, y ese sentimiento ahora es suficiente.
El primer rugido




El 24 de septiembre del 2000 nacieron Las Leonas. El lugar fue Sídney y el marco, los Juegos Olímpicos. Comenzaba la ronda final y Argentina estaba muy complicada en su búsqueda de medallas, consecuencia de las derrotas en primera fase frente a las locales por 3 a 1 e inesperadamente contra España 1 a 0. Para colmo, debían jugar frente a Holanda, la gran favorita y el mejor equipo del mundo. Para dicho encuentro, las jugadoras decidieron poner la imagen de una leona en la camiseta y el diseño estuvo a cargo de Inés Arrondo, delantera de aquel Seleccionado. En ese momento comenzó el mito. Las Leonas derrotaron a las holandesas por 3 a 1 en un partido vibrante -Aymar y García (2)-; luego le dieron vuelta el resultado a China, ganando 2 a 1 tras ir perdiendo en el entretiempo -nuevamente Aymar y García-. Llegó el turno de chocar con  Nueva Zelanda y Argentina debía ganar y esperar un resultado para llegar a la final. Con un contundente 7 a 1 frente a las oceánicas, con una soberbia actuación de Vanina Oneto, autora de cuatro goles, hicieron su tarea a la perfección y, sumado a la derrota española ante Holanda, el objetivo estaba cumplido. Tras perder con las australianas en la final por 3 a 1, consiguieron la histórica medalla de plata. Esta derrota no opacó un torneo inolvidable, que marcó el comienzo de un camino plagado de hazañas y triunfos. Este equipo hizo historia en unos Juegos que, en un principio, parecían negros para Argentina. Sin representación en fútbol y básquet, por sendos fracasos en las clasificaciones, todas las miradas estaban puestas en ellas, que superando adversidades, lograron la primera medalla en deportes de conjunto desde el bronce del vóley en Seúl 1988.

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