Redacción y Producción: Leandro Ulloa
Algunos dicen que será el sucesor de Román. Por lo pronto, disfruta de sus primeros pasos en primera y espera jugar junto a él, su máximo ídolo. Juega como en el potrero de Lugano, llegó a Boca hace doce años y hoy, con 20, quiere afianzarse de la mano de Borghi.
Algunos dicen que será el sucesor de Román. Por lo pronto, disfruta de sus primeros pasos en primera y espera jugar junto a él, su máximo ídolo. Juega como en el potrero de Lugano, llegó a Boca hace doce años y hoy, con 20, quiere afianzarse de la mano de Borghi.
Marcelo Cañete debutó oficialmente en la primera fecha ante Godoy Cruz, ingresando en el segundo tiempo. |
“Vení, sentate en el auto que la hacemos acá”. Marcelo Cañete es una promesa en ascenso, pero no pierde su humildad. En boca de todos luego de que Claudio Borghi lo llevara a la pretemporada y con sus participaciones en las giras de Boca por Brasil, Australia y Nueva Zelanda, el Chelo –como le dicen todos- se hizo un lugar entre tantas figuras en este nuevo Boca. Tiene tan solo veinte años y se le nota en los gestos. Tímido pero amable, está viviendo sus primeros pasos en la primera del club más popular de la Argentina. Criado y formado futbolísticamente en Lugano, barrio humilde del sudoeste de Capital Federal, tiene las típicas características del jugador de potrero: atrevido, encarador, lujoso y talentoso.
-¿Qué recordás de tu infancia en Lugano?
-Lugano es donde viví la mayor parte de mi vida –se mudó a los 17 años-, es todo para mí. Tengo mis amigos, mi familia…Ahí di mis primeros pasos en el fútbol. Lugano es todo para mí.
-Tus primeros pasos futbolísticos fueron ahí en el barrio, ¿cómo fuiste evolucionando en tu carrera como futbolista hasta llegar a Boca?
-Siempre en clubes de barrio. Arranqué en la escuelita de Yupanqui, después me fui a Lomas de Lugano, también en Atlético Lugano, volví a Lomas y ahí después me llevaron a Boca.
-¿Cómo se produjo tu paso a Boca? ¿Quién te llevó?
-Yo, cuando jugaba en Lomas de Lugano…-hace una pausa y piensa-, jugábamos contra Parque, me acuerdo, en baby, y me vio Ramón Maddoni y me trajo a Boca. Me dijo si quería probarme en Parque y me llevaba al mismo tiempo a Boca. Ni lo dudé. Así fue como llegué acá en el 1998.
Doce años hace que Cañete viene deslumbrando técnicos en las inferiores de Boca. Llegó con tan sólo ocho años y tuvo que esperar un poco más para debutar en la primera por una fatídica lesión en su rodilla que lo tuvo ocho meses fuera de las canchas. Pero igual pudo disfrutar de la enorme satisfacción de ser campeón en reserva y debutar en la primera.
-La gente escuchó hablar mucho de vos, pero tal vez no te pudo ver muchos minutos en cancha. Si le tuvieses que contar cómo juega Cañete, ¿cómo te definirías?
-Soy un enganche clásico, que me gusta encarar, ser vertical, rematar, generar juego, manejar los tiempos…Lo que es un enganche clásico digamos. Yo me defino de esa manera.
-¿Te parece que por tu manera de jugar sos un blanco para las patadas?
-Y sí, la verdad que sí. Ya siempre en inferiores ligaba por el número, al 10 siempre le dan (risas). Pero bueno, ya uno se acostumbra y a veces saca provecho de eso.
-Siendo enganche, jugando en Boca, teniendo la 10 todas las inferiores, Riquelme tiene que ser uno de tus ídolos…
-Sí, siempre lo dije. A Román lo admiro mucho, es mi ídolo. Es para mí el mejor jugador del mundo, y creo que no hay ninguno más inteligente que él dentro de una cancha. Siempre lo admiré, y ahora, compartir cosas con él, la verdad que es un sueño. Ojalá pueda compartir unos minutos en cancha, que es lo que deseo en este momento.
“Fuera del fútbol soy muy tranquilo y familiero. Salgo poco y trato de disfrutar cada momento con mi familia y mi novia”
Cuando Marcelo Cañete llegaba a Boca de la mano de Ramón Maddoni allá por 1998, se comenzaba a gestar el equipo histórico de Carlos Bianchi y los múltiples títulos de la etapa dorada del club de la Ribera. Y él creció viendo a todos esos jugadores, festejando sus goles y coleccionando sus posters. Y hoy –a Battaglia, Palermo y al mismo Román- los tiene con él en el vestuario. “Yo de chico los miraba, y ahora tenerlos de compañeros es algo hermoso que no lo vive todo el mundo”, se entusiasma. “Es difícil de explicarlo, pero me pone muy contento porque luché mucho para esto”, confiesa.
“Me defino como un enganche clásico. Me gusta encarar, ser vertical, armar juego y manejar los tiempos”
-Vamos a repasar un poco: llegaste a primera en el amistoso en Brasil, hiciste un gol en Australia, te pusiste la 10 en Nueva Zelanda, debutaste oficialmente en Mendoza y como titular contra All Boys. ¿Qué objetivos te motivan ahora a corto plazo?
-Mi objetivo es mantenerme en primera y demostrar que puedo estar. Ojalá pueda volver a tener la posibilidad que me dio el técnico y demostrarle que puedo.
-Uno te puede ver en los entrenamientos, en la cancha, pero ¿cómo sos fuera del fútbol?
-Muy tranquilo. Estoy todo el tiempo con mi familia, con mi novia. Salgo muy poco, a cenar con mi novia…soy muy familiero. Tengo una vida muy tranquila y trato de disfrutar cada momento con mis seres queridos.
-¿Sos de mirar fútbol?
-Yo miro mucho fútbol. Se aprende mucho mirando y es bueno también estar informado. Uno vive de esto, mirando fútbol, entrenándose. Me gusta la liga de España y la inglesa, esas dos son las que más miro. Trato de mirar para aprender.
-Por último, Marcelo, sacando a Román ¿qué otros referentes futbolísticos tenés?
-Me gusta mucho Zidane. Cuando jugaba lo miraba mucho. Con Román, ellos dos son mis ídolos futbolísticos. Después me gusta mucho el Principito (José) Sosa, es un gran jugador. También Verón, todos los que tienen buen pie, trato de mirarlos y de copiarlos.
De buen pie habla el Chelo. Al parecer no miente y miró mucho a todos esos jugadores, y más. Sus pies son parte de esos “buenos” que él elogia y le gustan. Y es el futuro de Boca.
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