Redacción y Producción: Leandro Ulloa, Nicolás Merletti y Esteban Galán
El ex capitán de Copa Davis, sin pelos en la lengua. Porqué no se ganó la Davis y porqué ningún argentino llega al número uno, los comienzos de La Legión, la escasa participación de Vilas, los múltiples dopings argentinos y su debilidad por Nalbandian.
Fue Capitán de la Davis entre el 2002 y el 2004. |
Entre los últimos días de abril y los primeros de mayo de 2004, Gustavo Luza vivió una situación insólita. Desde Montecarlo, y firmada por casi todos los jugadores argentinos, llegaba una carta inusual: pedían a la AAT su renuncia como capitán de Copa Davis. Y, fastidiado por la situación y el mal clima, dio un paso al costado. Hoy, a los 47 años, vive un presente diferente. Director de la Academia Pilará Tenis Club, encontró en Pilar la tranquilidad que no pudo hallar como Capitán en la Davis. Sin embargo, no le escapa a ninguna pregunta sobre esta camada de jugadores que, de alguna manera, terminaron con su sueño de ganar la Copa como entrenador.
-En los últimos tiempos, muchos tenistas argentinos llegaron a los primeros planos. ¿A qué crees que se debe?
- Me parece que lo primero que hay que destacar es que el argentino es hábil. Siempre se destacó en todos los deportes en los cuales tuvo roce internacional, sacando el atletismo. Y después creo que son importantes las características anímicas. Metiéndome más en el tenis, el hecho de estar tan lejos, geográficamente y económicamente, de tener tan pocas posibilidades, hace que cuando un jugador llega a Europa a competir haya hecho tanto esfuerzo que se transforma en una persona que vende muy cara la piel. Ese espíritu de lucha es clave. En otros países donde no cuesta tanto, eso no es así. Además, está la calidad de la enseñanza de tenis en la Argentina. Si se suma la capacitación de profesores de tenis en el país a la habilidad del tenista argentino y al espíritu de lucha, se produce un cóctel al que lo único que le faltaba era la imagen o el espejo de un ídolo. En su momento fue Vilas, después hubo un bajón grande. Pero cuando aparecen los chicos de la Legión, vuelve la movida del tenis.
-La situación económica del país en los noventa también influyó.
- Eso fue positivo para el tenis, porque los viajes se hicieron más accesibles, y con ellos la experiencia internacional. También permitió jugar muchos torneos en la Argentina. Hubo jugadores que lograron sus primeros puntos sin tener que viajar.
-¿Hubo un apoyo especial de la AAT para ellos?
- Para algunos, no para todos. Para los juveniles hubo un apoyo que nunca había habido en Argentina. Coria, Nalbandian, fueron los más beneficiados, de acuerdo al nivel y los resultados que iban obteniendo. Ni antes ni después hubo tanto apoyo.
-¿Cómo llegaron los demás?
- Cuando la AAT empezó con ese apoyo, Gaudio, Cañas, Chela, Calleri, ya no eran juveniles. Sí se beneficiaron de la gran cantidad de Futures y Satélites auspiciados por la Federación Internacional. Recibían atención médica gratuita, se entrenaban en el CENARD, y todo eso, pero no tuvieron el mismo apoyo que los otros dos.
-Este apoyo es una de las razones por las cuales Nalbandian y Coria se desarrollaron tan rápidamente.
- También eran muy talentosos. Pero los viajes, siendo jóvenes, los hicieron madurar más rápido, compitiendo en el alto nivel, en diferentes países y superficies.
-¿Crees que Nalbandian y Coria podrían haber sido número uno si no hubiese sido por las lesiones?
- No sé. Los tenistas argentinos han sido grandes jugadores, grandes campeones. Pero ser número uno es otra cosa. Para mí es cultural, no deportivo. Siempre nos pasa algo, hay un techo. A Nalbandian siempre le pasó algo. Ha manejado su carrera de una manera muy argentina; hago todo lo que quiero y soy campeón. Pero así no se llega a ser número uno. Coria estaba en el mejor momento de su carrera, y empezó la debacle. Ahora está complicado Del Potro. Cuando parecía que podía ser…algo pasó. Siempre nos pasa algo. Igual que en la Copa Davis.
“Vilas solo acompañó a La Legión sentado en la tribuna de Roland Garros, mirando. Podría haber hecho más, una pena.”
-¿Cómo se explica que con estos jugadores no se haya podido ganar la Copa Davis, a pesar de haber jugado dos finales?
- Es muy difícil ganarla. Pero indudablemente la gran oportunidad pasó. Fue en Mar del Plata, y no la aprovechamos por miserias nuestras. Ojalá haya otra, pero no la veo sencilla. La de 2006 tenía muchas contras, ser visitantes, la superficie. La de acá era la gran chance.
-¿El tenista argentino no está para jugar en grupo?
-El tenis es muy individualista. Nadie comparte nada, cada jugador es una estrella en sí misma. Es muy difícil que cada uno deje su ego de lado y juegue para el equipo. Vilas y Clerc casi lo consiguen, y no se hablaban. Pero tenían un objetivo en común. Ni así se pudo. La realidad es que para los tipos es más importante su calendario que la Copa Davis.
“La gran oportunidad de ganar la Davis fue en Mar del Plata y no la aprovechamos por miserias nuestras”
-Otro tema que marcó a esta época fueron los dopings de los tenistas argentinos. ¿Cree que hubo un ensañamiento especial, o cada uno tuvo su responsabilidad en cada caso?
-Hay un poco de cada cosa. No creo que los jugadores argentinos sean tramposos, pero un gran porcentaje de la culpa la tuvieron ellos por no ser profesionales. Cuando uno arma un equipo a su alrededor, tiene que tomarlo como una inversión, no como un gasto. Porque esa gente es la que te cuida. Y muchos lo tomaron como un gasto. Y si te cuidan mal, el que sale en los diarios sos vos, el perjudicado sos vos. Yo he llegado a ver tenistas que depositaban todo el tema de la sustancias en médicos de la familia, que no eran idóneos para eso. Pero era barato. Ahora bien, también creo que durante muchos años el tenista argentino fue un grano para muchas estructuras internacionales. La Argentina es un país pobre, comparado con las potencias tenísticas mundiales, donde los presupuestos son millonarios y tienen que traducirse en resultados. Cómo puede ser que la Federación Francesa no tenga finalistas en Roland Garros, y en su lugar haya dos argentinos. Eso hace ruido. Gaudio recibiendo el trofeo de Vilas, con Coria al lado, para los franceses es un puñal en el pecho. Yo no digo que ellos hayan inventado los dopings, que existieron, y fueron culpa nuestra, pero los aprovecharon para justificar un poco todo lo que logramos…Los de Agassi los ocultaron. A nosotros, que no somos nadie, nos mandaron en cana.
-Coria y Nalbandian podrían marcarse como los mejores de esta época, sin embargo fue Gaudio quien ganó un Grand Slam… ¿Cómo se explica?
- Sin dudas, ese Roland Garros era de Coria, y él se lo regaló a Gaudio. El Gato es muy inestable, pero cuando estaba con los patitos alineados, era único. En ese torneo jugó un tenis increíble, pero para mí Coria era más. Solamente la catástrofe mental que sufrió le posibilitó a Gaudio llevarse el torneo. Yo creo que si Coria ganaba ese era el primero de varios. Era el momento de despegue, y sin embargo fue el momento de la caída. Increíble, nunca vi una cosa igual.
-Lo que les faltó a Coria y a Nalbandian fue tal vez ese salto de calidad, ganar ese torneo diferente…
- Son muy distintos. A Coria no sé lo que le habrá pasado. Pero Nalbandian está donde quiere estar, hizo con su carrera lo que quería hacer. Coria vivía para jugar al tenis y Nalbandian vivía del tenis. Guillermo de chico era vago, no le gustaba entrenarse. Cuando le empezó a ir bien, se hizo súper profesional, demasiado obsesivo. David siempre fue parejo, siempre igual. Lo de Coria fue una fatalidad, para él no debe ser nada fácil lo que le pasó.
-¿Se puede comparar de alguna manera lo que hizo esta generación con lo que consiguió en su momento Guillermo Vilas?
-Hubo una primera época de oro, que fue la de él. Hay un antes y un después de Vilas. Antes, el tenis era para la elite, con él se hizo popular. Ese es un logro que nadie le va a quitar nunca. Pero con estos chicos hubo una segunda época de oro. Todos ellos formaron la segunda época dorada, y ganar la Copa también hubiera sido un antes y un después. Nadie iguala, en lo individual, lo que logró Vilas, pero entre todos hicieron una segunda revolución.
-¿Vilas influyó en los éxitos de la Legión?
-Él hizo popular el deporte. Gracias a su carrera el tenis llegó a lugares donde no existía. Hizo que Cañas, un chico de clase media-baja, jugara al tenis. Les posibilitó jugar y triunfar en este deporte. Pero no influyó en la medida en la que yo creo que podría haber influido.
-Más allá de la historia, ¿acompañó de alguna manera a los chicos en su camino?
- No. Para mí la gran influencia fue lo que él hizo como tenista. Después, solo acompañó sentado en la tribuna de Roland Garros, mirando. Eso fue lo que yo viví, lo que yo vi. Podría haber hecho algo más. Me da la impresión de que tanto éxito le hizo un poquito de ruido a él también. Un tema de ego, de verse superado. Le hizo sentir cosas que capaz lo llevaron a no empujar a los chicos de otra manera, algo lo frenó. Una pena.
-¿Cuál fue el más completo de los tenistas argentinos?
- El mejor tenista argentino que yo vi es Nalbandian. Ninguna duda. Es el que mejor entiende el juego, el que mejor ve la jugada. El que hace exactamente lo que tiene que hacer. Un talento impresionante. Fue una picardía que no haya llegado a más, pero él hizo lo que quiso con su carrera. Ganar plata, ser un campeón, comer asados, las mejores minas, los mejores autos. Ese es nuestro objetivo. Hasta ahí llegamos. Tal vez yo en su lugar hubiera hecho lo mismo, porque yo también soy argentino. Pero para mí es el mejor que vi en mi vida.
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