lunes, 15 de noviembre de 2010

Monza: “Es un acontecimiento que no se va a volver a ver”

Redacción y producción: Yanina Santos

A 60 años de la obtención de la Copa del Mundo, charlamos con un integrante del equipo argentino, Omar Monza. Todos los 3 de noviembre, los campeones se reúnen en el club Palermo para festejar cada aniversario de aquella consagración y el ex basquetbolista siempre se hace presente y nos cuenta todo.


Monza en su casa de Villa del Parque, donde vivió toda su vida, a los 80 años.



Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque lo vio crecer, allí comenzó a interesarse por el básquet, y con tan solo 21 años fue convocado por Jorge Canavesi para disputar el Mundial de 1950, junto a seis compañeros más de está institución. Omar Monza afirmó que el selectivo argentino fue a figurar al Mundial en algún puesto que sea razonable, y que ninguno llegó a pensar que iban a ser campeones.

¿A qué edad empezaste a jugar en Primera?
A los 15 años empecé en Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque.

Te consagraste campeón con Jorge Canavesi en esta Institución, ¿Qué relación tenías con él en ese momento?
Cuando él jugaba en la primera del Parque, yo jugaba en Infantiles, después se dio que paso a ser el entrenador, y yo estaba en la primera.

Cuando fueron citados para el Mundial 50, ¿Te conocías con la mayoría de los convocados?
En ese equipo jugaban Furlong, González, los que después fuimos al Mundial. Éramos siete jugadores de Villa del Parque.

¿Es verdad qué los fue a visitar Ramón Cereijo, ministro de hacienda en ese entonces?
Vino para llevarse a todo el equipo de Parque. Le dijimos que no. Porque era otra motivación, en esa época si vos te ibas de un club de barrio eras un traidor (salieron campeones en el ´51 y ´52).

Después del Mundial fueron a ver a Perón, ¿Qué sensaciones tuviste?
Tuvimos una larga charla con él, una persona muy agradable. Hablamos de muchas cosas con Perón. Para el Mundial tuvimos muchísimo apoyo político, y eso favoreció, en esa época era inusual una cosa de esas. Nosotros estuvimos dos meses concentrados en River con todas las atenciones.

¿El apoyo político favoreció para mejorar el rendimiento en equipo?
Así fue, con ayuda, buen entrenamiento, buenos profesores, y buen equipo, se logró el campeonato mundial.

¿Qué les dijo Juan Domingo Perón después de lograr el título mundial?
Nos felicito, nos pregunto a cada uno que hacia.

Según versiones, Perón, tras su visita, les preguntó qué necesitaban, y Jorge Canavesi le contestó: “El deporte argentino le vendría bien una casa”. ¿Qué pasó luego?
De ahí salió el Comité Olímpico Argentino. Perón le dijo al intendente, que compre una casa que estaba ubicada en Carlos Pelegrini, y así fue. Aparte, nos dio una orden de un coche, y nos exigió a aceptarlo.

¿Quién se quedo con los balones del Mundial y la copa?
Creo que está en la Confederación la copa. Yo tengo la pelota, dos pelotas eran, la Americana y la Argentina. Esa pelota que está ahí (señalando la misma) tiene 60 años. Es todo de cuero, y tiene el pico para inflar.

Pasaron 60 años, ¿Se siguen viendo?
Todos los tres de noviembre nos seguimos viendo. Se cultivó una amistad excepcional, que tuvo mucho que ver Jorge Canavesi y Borau que eran tipos que nos llevaron a eso.
Tenemos una relación muy unida. Vamos todos a Palermo los miércoles., yo soy el que más va.

Helsinki ´52, ¿Qué recuerdos te trae? .
Como recuerdo es lo más glorioso que le puede pasar a un deportista. Si yo tengo que poner al Mundial lo antepongo, ser olímpico es lo máximo. Nosotros ganamos un Mundial, que es un Mundial. La satisfacción más grande fueron las olimpiadas que salimos cuartos, que igual es un puestazo. El ser olímpico no tiene parangón.

¿Qué situación viviste tras la citación en la sede del COA, en Carlos Pelegrini?
Fue una sensación desagradable. Nosotros éramos tipos muy sanos, entonces viste ser citados por una cosa que vos no tuviste nada que ver, fue feo. Nos habían dicho que habíamos traído contrabandos, nosotros no sabíamos que significaba contrabando, éramos gente que no teníamos un peso. Pasamos momentos muy feos, sin tener nada que ver, nos verdú guiaron bastante.

¿Cómo viviste la final en el Luna Park?
Es un acontecimiento que no se va a volver a ver. Calcula que en ese momento, se llenó y había más gente afuera que en el Luna Park. Creo que fue una sola vez que se pudo batir el record de gente. Nosotros nos fuimos a River a bañar, y la gente nos esperaba en la calle, con diarios, con antorchas todas por callao. Los festejos duraron una semana.

¿Pensaron alguna vez que llegaban a la final?
Nosotros fuimos a figurar al mundial en algún puesto que sea razonable, porque ninguno llego a pensar que éramos campeones. Todos hablábamos de un tercer puesto o cuarto. La noche de la final, la esperamos con mucha tranquilidad. Salir campeón con un equipo americano fue un sueño cumplido.
El equipo campeón en el Mundial en nuestro país, en 1950.
¿Cómo jugaba Estados Unidos?
Estados unidos jugaba bien, posiblemente no sea el mejor equipo que podría haber mandado. El equipo argentino en ese momento estaba para ganarle a cualquiera. Ellos eran profesionales y nosotros amateurs, no cobrábamos un peso.

Dejando la final con Estados Unidos de lado, ¿Qué partido fue el más duro?
Brasil, además de tener buen equipo, en esa época se ganaba y se perdía con los brasileros. Fue con el que más nos costo. Una vez superado a Brasil, se le ganó al campeón europeo que era Egipto.

¿Quién fue el mejor jugador en todo el Mundial?
Oscar Furlong fue el mejor jugador del Mundial. Después hubo varios que se destacaron, Roberto Viau, Ricardo Primitivo González, que era el capitán. Hay un dicho que lo define a Furlong dentro de la cancha, “Pudiendo ser rey, era peón”. Se hacia notar en la cancha.

¿Qué anécdota te dejó el Mundial?
Cuando fui a ver a Perón, yo estaba haciendo la milicia, y tuve que ir en uniforme. Éramos dos, Rubén Menini que era sub-oficial de aeronáutica y yo que era soldado. Me vio Perón y me dijo: “¿Usted qué hace?”, y le contesté: “Cumpliendo con el servicio militar”. Me preguntó si me gustaría la baja, y le conteste que sí, que todos los días se me complicaba ir a El Palomar y me podría dedicar más al deporte. Instantáneamente lo llamó al de aeronáutica y le dijo que me de licencia hasta la primer baja, y yo aproveché y le pedí por mi amigo, que estaba conmigo allá en El Palomar, y también le dio la baja.

1 comentarios:

Diego dijo...

¡Qué bueno que se acuerden siempre de este grupo! Felicitaciones Yanina, gran nota.

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